jueves, 27 de octubre de 2011

CUALES SON LOS PROBLEMAS

MALA EDUCACION EN LA INSTITUCIONES

Frecuentemente se suele confundir instrucción con educación. La pérdida de valores de la que tanto se habla últimamente tiene mucho que ver con las consecuencias de esta confusión en el sistema educativo.

No se trata únicamente de que todos los muchachos vayan a la escuela; o de que los colegios sean bonitos y tengan buena infraestructura. Si los niños no saben nada o casi nada, todo el proceso educativo es una farsa.

La única manera de apreciar si los jóvenes aprenden algo en primaria y secundaria es por medio de exámenes o las pruebas Saber. Y estas mediciones muestran, año tras año, que la mayoría tiene serias deficiencias en comprensión de lectura y matemáticas y que sufre de grandes vacío en el aprendizaje de buena parte de las materias escolares; que se están perdiendo el tiempo y los recursos que gastan en educación. Y como los niños pobres son los que reciben la peor parte, se los está condenando a ser tan pobres como sus padres.

El sistema educativo no atiende bajo las mismas condiciones a los diferentes grupos sociales, por lo que el problema de la mala calidad de la educación es a la vez uno de inequidad.

Si se observan y analizan las diferencias entre zonas urbanas y rurales, entre zonas urbanas e indígenas, entre escuelas privadas y públicas o entre escuelas rurales e indígenas las diferencias son abismales, lo que significa que no se da la misma oportunidad de aprender a todos los alumnos.

“Este es un problema muy grave, porque cuando uno supone que la educación es lo que permite una movilidad social, en este caso no lo está haciendo porque está reproduciendo, por el tipo de condiciones que se ofrecen, la realidad socioeconómica”.

Y sobre todo uno de los problemas mayores es la mal distribución de los fondos des estado que debería de estar destinado par la educación muchas veces son utilizados para otras cosas.

Y los educadores ya no tienen la vocación de enseñar como en anos atrás muchos lo hacen simplemente para llevar un sustento a sus hogares y es allí donde vemos que no se preocupan por enseñarles a los estudiantes de la mejor manera posible.

LIDERES DE PAPEL
Muchos creen que ser líder es una cuestión de ir primero en una competencia, ser gerente, dirigente, jefe o manejar un proceso. Inclusive otros incluyen a estadistas, jefes de bancadas políticas, jefes de organismos espirituales o religiosos y jóvenes que se destacan en alguna disciplina. Estos lideres muchas veces son seleccionados por la cantidad de cursos y títulos que posea, su posición jerárquica, sus orígenes o sus redes de contacto, y su facilidad de palabra, su edad, sexo u ocupación.

En ocasiones, esos personajes se fortalecen en su arrogancia debido a algunas experiencias positivas. Pero por lo general son simplemente víctimas de su mal carácter. Y como resultado, también usted y su compañía se convierten en víctimas, pues esos personajes no son solamente insoportables: también son peligrosos.

Ellos no escuchan, y esa ‘sordera’ impide que nuevas ideas sean escuchadas, debatidas, ampliadas o mejoradas. Ninguna persona, sin importar su inteligencia, puede llevar una empresa a la cima por su propia cuenta. Para eso se requiere que cada voz sea escuchada. Y el líder que cree saberlo todo generalmente crea un silencio total.

Si ese tipo de sabihondos son insufribles, otro tipo de líderes son también peligrosos por lo poco que aportan. Estamos hablando de jefes que se distancian emocionalmente de sus empleados. Se sienten más cómodos a puertas cerradas, que lidiando con su equipo.
Si bien esos líderes remotos asisten a reuniones y a otras funciones a las que están obligados por su cargo, prefieren quedarse mirando a las computadoras. Y cuando resulta posible, todo ese complicado asunto con el personal es delegado a gerentes de recursos humanos cuya oficina está en otro piso.

EL EMPLEADO PROBLEMA

Una persona difícil no es alguien que simplemente tiene un día malo, o alguien con quien usted tiene un conflicto de personalidades. El individuo difícil lo es, frecuentemente, con casi todo el mundo”.- Bárbara Schmidt Harrison.

En una organización trabaja un grupo diverso de personas, que deben complementar e integrar sus esfuerzos para la realización de tareas que conduzcan a determinados resultados que se correspondan con los objetivos y estrategias de la organización. Aunque todos deben trabajar juntos, muy pocas veces tienen la posibilidad de escoger sus jefes, compañeros de trabajo o subordinados. En estas circunstancias, pueden surgir conflictos entre individuos que deben trabajar juntos, pero que quizás no les gustaría hacerlo. Muchas veces, estos conflictos pueden volverse más importantes que las metas organizacionales comunes, que constituyen la razón de ser del departamento, u organización donde se encuentran.
Mientras que la mayoría de los empleados se llevan bien con los demás y hacen su trabajo sin ningún problema, las “personas difíciles”, que se encuentran en casi cualquier organización, rompen el ritmo de trabajo, hacen difícil la comunicación entre todos, incomodan a otros, o simplemente resisten de modo pasivo. Tienen el problema crónico de dar quejas, expresar un punto de vista negativo o presentar un comportamiento problemático en sus relaciones con los demás.

Lo característico de estas personas es que: uno, su comportamiento problemático aparece frecuentemente y con más de una persona y; dos, su comportamiento tiene un efecto negativo sobre su productividad y la de los demás. No obstante, debemos reconocer que todas las personas no son como quisiéramos que fueran (tampoco nosotros somos como quisieran otras personas). Por tanto, hay que aprender a trabajar y a convivir con todos.
Existen dos enfoques generales para relacionarse con el comportamiento difícil: uno, trabajar para “remediar” el comportamiento; dos, desarrollar una estrategia para manejarlo. La meta de los dos enfoques es la misma, minimizar el problema y maximizar la utilización de los recursos humanos de una organización. Ambos enfoques incluyen los mismos cuatro pasos, que se resumen a continuación.

Paso 1: identifique el problema comience por tratar de entender la naturaleza del problema. Esto significa identificar el comportamiento específico que es inaceptable, determinar con quién surge y con qué frecuencia ocurre. El comportamiento negativo que ocurre con una sola persona es probablemente la evidencia de un conflicto de personalidades. En lugar de ser un “comportamiento difícil”, las dos personas involucradas deben solucionarlo.

Paso 2:
Examine las relaciones Examinar cómo la “persona difícil” interactúa con los demás proporciona algunas claves acerca de las posibles causas de su comportamiento. Identificar por qué ocurre y por qué es molesto ayuda a buscar una posible solución.

Paso 3: Determine la causa El comportamiento difícil siempre tiene alguna(s) causa(s), como puede ser: baja motivación, problemas de personalidad, o una incomodidad general. Si no hay una causa identificable para la persona involucrada o para los demás, se debe ignorar el comportamiento.

Paso 4: Busque una solución y logre un acuerdo, con un compromiso para lograr esta solución.


Elaborado Por

ROMELIS CHARITYN

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