Tipos de Dirección: Autocrática, Apática y Democrática
Las formas de
dirección pueden clasificarse en los siguientes tipos
generales: autocrática, apática y
democrática.
En Estados Unidos
de Norteamérica han realizado estudios analíticos de
grupos que actuaron bajo los distintos
tipos de dirección mencionados más arriba.
Bajo la dirección
democrática, en la que el director ayuda al grupo a
organizarse y a tomar sus propias
decisiones, se produjeron indudablemente los
mejores resultados en las realizaciones,
en la cooperación entre los miembros del
grupo y en la productividad personal.
Las agrupaciones
que se hallaron bajo una dirección autoritaria en la cual
el director mantuvo
un control rígido, produjeron en menor escala y
tropezaron con gran cantidad de
rozamientos y frustraciones. Las agrupaciones
que obtuvieron un puntaje más bajo en
todos los cálculos, fuero aquellas que se
hallaban bajo una dirección apática.
Para nuestro estudio clasificaremos
tres tipos de directivos básicos:
- Autocráticos
- Apáticos
- Democráticos
Dirección
autocrática
Muy frecuentemente
el dirigente autocrático es afable y extremadamente
eficiente. Puede interesarse por la
participación de los miembros del grupo,
sostener discusiones y a menudo dejar
que la gente discuta mucho. Acepta la
responsabilidad de iniciar las cosas,
continuarlas y concluirlas. El dirigente, en
este caso, acepta la total
responsabilidad del conjunto.
Director Autocrático
Si establecemos las
características de este tipo en forma extrema, se
pueden ver claramente sus peligros. Sin
embargo, la mayoría de los dirigentes
eficientes tienen tendencia a las
actitudes autocráticas. Por último, entonces, el
dirigente autocrático planea con
antelación, demasiado concienzudamente, porque
no está capacitado para ayudar al grupo
a alcanzar la meta que él desea y
comienza a manejar los hechos para
hacerlos realidad. Le agrada que le llamen
"el jefe". Generalmente le
interesan los asuntos con un fondo deductivo más bien
que aquellos que implican una necesidad
real para la gente. Usa una agresión
abierta o velada como arma principal en
su esfuerzo para establecer la disciplina y
eficacia. Se toma a sí mismo muy
seriamente y es sensible a la crítica. El dice "yo
manejo el garrote". Esto significa
que es generalmente una persona insegura, más
bien alejada de la gente, que puede
hallar compensación por su falta de
compañerismo real manejando a la gente y
reforzando su yo por medio de una fría
demostración de fuerza y eficiencia.
Dirección apática
Un dirigente
apático es aquel que deja que la gente marque su propio
rumbo, no prepara las cosas
concienzudamente, deja que ellas sigan la corriente,
generalmente es impuntual y falla al dar
un cita.
Director Apático
Piensa
frecuentemente que es muy democrático porque no impone su
voluntad a los otros, pero al dirigente
apático no le interesa mayormente imponer
su voluntad. El lleva la indulgencia al
extremo y la confunde a menudo con libertad
democrática. Es que no tiene,
frecuentemente, el valor suficiente para establecer
límites.
La dirección
apática es la que produce menos resultados, pero si se
prolonga, entonces el grupo busca su
propio desarrollo como medio de evitar la
indiferencia.
Desafortunadamente
este desarrollo se repite entre los miembros del grupo
y antes de mucho tiempo se producen
luchas internas para obtener la dirección no
oficial del grupo, lo que lo desvía del
objetivo perseguido.
Dirección
democrática
El dirigente
democrático acepta como básico el concepto de que la
dirección es la función de la totalidad
de los miembros de la agrupación y no de un
solo individuo. Ve a la agrupación como
una sola unidad, como un organismo,
como una variedad de funciones, y las
responsabilidades del dirigente son las de
compartir sus tareas con todos los
miembros del grupo, de acuerdo con sus
habilidades o dotes personales. En otras
palabras: la dirección se centraliza en el
grupo más bien que en el dirigente. Esto
no significa que no deberá designarse un
presidente o vicepresidente. Especialmente
en las primeras etapas de la vida de
una agrupación, una persona o un pequeño
grupo de personas deberá tomar la
iniciativa de ayudar al resto de la
agrupación a definir sus objetivos, a
estructurarse y a establecer una serie
eficaz de reglas generales para su propia
organización.
Director Democrático
Un dirigente
democrático se interesa en el desarrollo del grupo y de cada
miembro en particular, más bien que en
su propio estado legal y autoridad. Tal
actitud transforma el "clima"
del grupo haciéndolo menos propenso a la hostilidad,
al formalismo y a la crítica. Porque el
dirigente democrático se considera un
compañero de los demás en el aprendizaje
y porque siente un profundo respeto
por el valor personal y la integridad de
cada miembro del grupo. El clima resultante
acaba por ser mucho más interesante por
la simpatía y la libertad existente, que
aquel donde opera un dirigente
autoritario. Cada miembro del grupo se concentra
menos en sí mismo y se vuelve más
consciente de los intereses de los demás.
El dirigente
democrático se identifica con las necesidades del grupo de
modo que cada miembro del mismo será
estimulado y tendrá la oportunidad de
prosperar y superarse.
Los tímidos y retraídos
serán incitados a tomar parte y se los entusiasmará
para que acepten responsabilidades, se
planearán programas para incluir, no sólo
a un grupo selecto, sino a todos
aquellos que puedan resultar útiles.
El dirigente
democrático se interesa en las necesidades de los otros, pero
también reconoce sus propias necesidades
y por eso dejará gustoso que otros le
ayuden. El nunca se ubica en los
extremos. Cuando un dirigente deja de mala
gana que otros le ayuden se ponen de
manifiesto sutiles actitudes autoritarias.
El dirigente
democrático ayudará al grupo a organizarse. Le ayudará a
definir sus objetivos, lo cual no
significa que dejará simplemente que el mismo
tome su propio rumbo, porque un
ejecutivo eficiente posee firmes convicciones.
Por supuesto que influirá en las
decisiones a tomar, pero no las impondrá
autoritariamente al grupo.
La tolerancia es
una de sus características. En su capacidad representativa
él ayudará al grupo a mantenerse dentro
de los límites establecidos.
Un dirigente
democrático ayudará al grupo a descubrir los recursos que se
encuentran dentro de los integrantes del
mismo y a utilizarlos siempre que sea
posible.
A veces se necesita
ayuda exterior para poder progresar. Los especialistas
pueden, frecuentemente, ofrecer la
información exacta y la instrucción necesaria.
Pero los especialistas exteriores deben
ser ayudados a comprender las funciones
del grupo democráticamente y no deben
esperar a que se les entregue la
completa dirección del grupo ni
contrariarse por las diferencias de opinión.
Un dirigente
democrático no necesita estar a la cabeza del grupo siempre.
Puede apartarse del
mismo sin que este se desmembre. Es lo
suficientemente perspicaz como para
formar ejecutivos dentro del grupo que
dirige, de modo que si tiene que
alejarse el conjunto no se desmembrará.
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