viernes, 18 de noviembre de 2011


                         Tipos de Dirección: Autocrática, Apática y Democrática

Las formas de dirección pueden clasificarse en los siguientes tipos
generales: autocrática, apática y democrática.
En Estados Unidos de Norteamérica han realizado estudios analíticos de
grupos que actuaron bajo los distintos tipos de dirección mencionados más arriba.
Bajo la dirección democrática, en la que el director ayuda al grupo a
organizarse y a tomar sus propias decisiones, se produjeron indudablemente los
mejores resultados en las realizaciones, en la cooperación entre los miembros del
grupo y en la productividad personal.
Las agrupaciones que se hallaron bajo una dirección autoritaria en la cual
el director mantuvo un control rígido, produjeron en menor escala y
tropezaron con gran cantidad de rozamientos y frustraciones. Las agrupaciones
que obtuvieron un puntaje más bajo en todos los cálculos, fuero aquellas que se
hallaban bajo una dirección apática.
            Para nuestro estudio clasificaremos tres tipos de directivos básicos:
  1. Autocráticos
  2. Apáticos
  3. Democráticos

Dirección autocrática
Muy frecuentemente el dirigente autocrático es afable y extremadamente
eficiente. Puede interesarse por la participación de los miembros del grupo,
sostener discusiones y a menudo dejar que la gente discuta mucho. Acepta la
responsabilidad de iniciar las cosas, continuarlas y concluirlas. El dirigente, en
este caso, acepta la total responsabilidad del conjunto.



Director Autocrático

Si establecemos las características de este tipo en forma extrema, se
pueden ver claramente sus peligros. Sin embargo, la mayoría de los dirigentes
eficientes tienen tendencia a las actitudes autocráticas. Por último, entonces, el
dirigente autocrático planea con antelación, demasiado concienzudamente, porque
no está capacitado para ayudar al grupo a alcanzar la meta que él desea y
comienza a manejar los hechos para hacerlos realidad. Le agrada que le llamen
"el jefe". Generalmente le interesan los asuntos con un fondo deductivo más bien
que aquellos que implican una necesidad real para la gente. Usa una agresión
abierta o velada como arma principal en su esfuerzo para establecer la disciplina y
eficacia. Se toma a sí mismo muy seriamente y es sensible a la crítica. El dice "yo
manejo el garrote". Esto significa que es generalmente una persona insegura, más
bien alejada de la gente, que puede hallar compensación por su falta de
compañerismo real manejando a la gente y reforzando su yo por medio de una fría
demostración de fuerza y eficiencia.

Dirección apática

Un dirigente apático es aquel que deja que la gente marque su propio
rumbo, no prepara las cosas concienzudamente, deja que ellas sigan la corriente,
generalmente es impuntual y falla al dar un cita.

                                                               Director Apático

Piensa frecuentemente que es muy democrático porque no impone su
voluntad a los otros, pero al dirigente apático no le interesa mayormente imponer
su voluntad. El lleva la indulgencia al extremo y la confunde a menudo con libertad
democrática. Es que no tiene, frecuentemente, el valor suficiente para establecer
límites.
La dirección apática es la que produce menos resultados, pero si se
prolonga, entonces el grupo busca su propio desarrollo como medio de evitar la
indiferencia.
Desafortunadamente este desarrollo se repite entre los miembros del grupo
y antes de mucho tiempo se producen luchas internas para obtener la dirección no
oficial del grupo, lo que lo desvía del objetivo perseguido.

Dirección democrática

El dirigente democrático acepta como básico el concepto de que la
dirección es la función de la totalidad de los miembros de la agrupación y no de un
solo individuo. Ve a la agrupación como una sola unidad, como un organismo,
como una variedad de funciones, y las responsabilidades del dirigente son las de
compartir sus tareas con todos los miembros del grupo, de acuerdo con sus
habilidades o dotes personales. En otras palabras: la dirección se centraliza en el
grupo más bien que en el dirigente. Esto no significa que no deberá designarse un
presidente o vicepresidente. Especialmente en las primeras etapas de la vida de
una agrupación, una persona o un pequeño grupo de personas deberá tomar la
iniciativa de ayudar al resto de la agrupación a definir sus objetivos, a
estructurarse y a establecer una serie eficaz de reglas generales para su propia
organización.

                                                        Director Democrático

Un dirigente democrático se interesa en el desarrollo del grupo y de cada
miembro en particular, más bien que en su propio estado legal y autoridad. Tal
actitud transforma el "clima" del grupo haciéndolo menos propenso a la hostilidad,
al formalismo y a la crítica. Porque el dirigente democrático se considera un
compañero de los demás en el aprendizaje y porque siente un profundo respeto
por el valor personal y la integridad de cada miembro del grupo. El clima resultante
acaba por ser mucho más interesante por la simpatía y la libertad existente, que
aquel donde opera un dirigente autoritario. Cada miembro del grupo se concentra
menos en sí mismo y se vuelve más consciente de los intereses de los demás.
El dirigente democrático se identifica con las necesidades del grupo de
modo que cada miembro del mismo será estimulado y tendrá la oportunidad de
prosperar y superarse.
Los tímidos y retraídos serán incitados a tomar parte y se los entusiasmará
para que acepten responsabilidades, se planearán programas para incluir, no sólo
a un grupo selecto, sino a todos aquellos que puedan resultar útiles.
El dirigente democrático se interesa en las necesidades de los otros, pero
también reconoce sus propias necesidades y por eso dejará gustoso que otros le
ayuden. El nunca se ubica en los extremos. Cuando un dirigente deja de mala
gana que otros le ayuden se ponen de manifiesto sutiles actitudes autoritarias.
El dirigente democrático ayudará al grupo a organizarse. Le ayudará a
definir sus objetivos, lo cual no significa que dejará simplemente que el mismo
tome su propio rumbo, porque un ejecutivo eficiente posee firmes convicciones.
Por supuesto que influirá en las decisiones a tomar, pero no las impondrá
autoritariamente al grupo.
La tolerancia es una de sus características. En su capacidad representativa
él ayudará al grupo a mantenerse dentro de los límites establecidos.
Un dirigente democrático ayudará al grupo a descubrir los recursos que se
encuentran dentro de los integrantes del mismo y a utilizarlos siempre que sea
posible.
A veces se necesita ayuda exterior para poder progresar. Los especialistas
pueden, frecuentemente, ofrecer la información exacta y la instrucción necesaria.
Pero los especialistas exteriores deben ser ayudados a comprender las funciones
del grupo democráticamente y no deben esperar a que se les entregue la
completa dirección del grupo ni contrariarse por las diferencias de opinión.
Un dirigente democrático no necesita estar a la cabeza del grupo siempre.
Puede apartarse del mismo sin que este se desmembre. Es lo
suficientemente perspicaz como para formar ejecutivos dentro del grupo que
dirige, de modo que si tiene que alejarse el conjunto no se desmembrará.

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